A pesar de que aún no soy profesora, cabe resaltar la necesidad de
reflexionar sobre la práctica educativa dando importancia al rol del
profesor como aprendiz en el aula. El papel de docente siempre debe ir acompañado de un ambiente de aprendizaje centrado en la organización y ajustándose a cada perfil del alumnado. Las principales funciones que desempeña un profesor, como ya dije en la entrada de "aprendizaje autorregulado", son las de programación, aplicación y evaluación; todas ellas integradas en los 12 pasos de un modelo de diseño integrado, el cual consiste en recoger información del contexto (alumno, clase, naturaleza de la asigntaura, etc.), establecer metas y recoger información sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Dentro de los pasos de este tipo de diseño, me han llamado la atención principalmente los de: formular los procesos de evaluación, seleccionar las actividades más efectivas, seleccionar estrategias de enseñanza, anticipar errores y establecer criterios de evaluación. Todos ellos guardan gran relación y similitud con los expuestos en la autorregulación del aprendizaje, ya que esta autonomía que conlleva el aprendizaje atorregulado no solo es competencia del alumno, sino también del maestro, como ya llevo comentando a lo largo de varias entradas de este blog.
Tanto aprendiz como profesor tienen que mejorar día a día, cada uno a su ritmo y manera. Uno debe aprender a aprender y el otro debe aprender a enseñar. Así pues, nunca nada es suficiente, y como bien he reflejado en la imagen de la entrada anterior: "Quien se atreve a enseñar no debe dejar de aprender".
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